En toda historia lo primordial es el diseño del personaje y el espacio en el que se va a desenvolver, donde el éxito dependerá de cuan identificado se sienta el lector con la historia en el personaje. Este puede nacer desde una simple idea; lo más importante es definir la personalidad del personaje y qué emociones queremos que transmita.
Para empezar, el personaje es un ser que debe ser capaz de ejecutar acciones, para desarrollarlo hay que descubrir las características propias de este.
Se puede empezar antes o durante la historia, para esto hay que plantearse algunas preguntas tipo ¿Quién es este personaje? ¿De donde proviene? ¿Qué hace?
¿Para que propósito será hecho? ¿A que público esta dirigido?
Finalmente es la historia detrás del personaje la que forma el todo, el objetivo. Las preguntas básicas que se deben hacer son : ¿Quién es? y ¿qué quiere?; ¿qué clase de obstáculos debe enfrentar?; ¿tiene características y puntos fuertes o débiles?. Esto define mentalmente la clase de personaje que necesitamos. Si es femenino, si es masculino.
Hay otras cosas, como la importancia de que el lector se identifique con el personaje. Por ejemplo, si nuestro público destinatario son jóvenes hombres y mujeres interesados en una novela gráfica, cómic, etc. de acción; entonces, probablemente nuestro personaje sea de aspecto fuerte, con notoria agilidad mental y visualmente impositivo. Otro ejemplo es el de cómics o novelas de héroes, que crean un símbolo con el que los pueden identificar los lectores.
Además de la parte teórica, está lo estético del personaje. El estilo del personaje debe tener coherencia con lo descrito en la trama. Las líneas suaves y el estilo redondeado de la figura, denota un personaje tierno, las líneas tipo boceto o rayoneado denotan un personaje más agresivo.
Como todo personaje ficticio, la exageración de ciertas características puede ser bastante beneficioso para el perfil del propio personaje, por ejemplo, si tu personaje es fuerte, en el sentido físico, puedes exagerar el tamaño de sus brazos, eso enfatizará su personalidad y ayudará a dar más credibilidad para el propósito para el que será creado.
Los colores oscuros como el negro, el gris, o el púrpura describen a un personaje antagónico. Los colores claros como el blanco, los azules, rosas y amarillentos denotan inocencia, bondad o pureza. Los colores rojos combinados con los amarillos y azules pueden dar cualidades de héroe al personaje.
En cuanto al espacio, dependiendo de donde queremos que ocurran los sucesos, pues existen básicamente cuatro tipos de lugares/espacios adaptables y cambiantes dentro de la idea de cada quién:
1° Realista: intenta captar con bastante verosimilitud una obra acorde a donde el personaje se mueve.
2° Abstracta: Es un espacio que no tiene tiempo ni lugar, normalmente hay rampas, escaleras, cortinas, pasillos sin nada, etc.
3° Sugerentes: A diferencia de la abstracta se consigue cierto concepto de espacio y tiempo concreto. Tan sólo que un poco onírico.
4° Funcional: Atiende directamente las necesidades del personaje principal.
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